The Argentine Internationale
By Syd Krochmalny
Excerpt
[..] Through visceral and deeply political performances, Natacha Voliakovsky embodies a sudaka feminism that resists through the body and its vulnerability. Her practice weaves together pain, memory, and agency in acts where the intimate becomes collective, and where the flesh—marked, exposed, intervened upon—serves as a surface for inscription and reappropriation. Her work enters into dialogue with a genealogy of artists who have conceived of the body as a political territory and a ritual of transformation: Ana Mendieta, Regina José Galindo, Teresa Margolles, among others. Voliakovsky activates these languages through her own temporality and urgency, combining direct action, visual poetics, and tools of activism. [..]
The performance, inspired by experiences of trauma and dissociation, also dialogues with Judith Butler’s notions of “performative survival”: the possibility of resisting through the exposure of the vulnerable body, through precarity, through an ethics of appearance. In this gesture—covering one’s face with blood while sustaining one’s gaze—resonates Sayak Valencia’s concept of gore capitalism: the body as a battlefield and symbolic trench in contexts marked by structural violence. [..]
The Slip Gallery
NYC, United States
April, 2025
Pan de Muerta
Por Ilse Urquieta
En la intersección de la tradición y la crítica social, la obra de Natacha Voliakovsky se despliega como un acto de resistencia y reflexión. A través de su performance “Pan de muerta”, la artista nos invita a confrontar la paradoja de nombrar y celebrar a los muertos mientras se olvida a las muertas, utilizando un símbolo profundamente arraigado en la cultura mexicana: el pan de muerto. Al incorporar su propia sangre en la elaboración del pan, no solo realiza un acto de ofrenda, sino que también evoca una resistencia íntima, compartiendo un fluido tan vital como su propia esencia que por naturaleza nos representa… Al compartir el pan de muerta con el público, se establece un ritual de comunión, donde cada bocado se transforma en un acto de reconocimiento y solidaridad. La muerte se redefine como un símbolo a resignar, mientras que la vida se manifiesta como un acto de transmutación, el arte entonces es un acto de celebración.
Reetiemble Galeria
CDMX, México
Noviembre, 2024
Lo que cuento con mi cuerpo
Por Melisa Boratyn
Excerpt
[..] Cada una de las obras está atravesada por la noción de auto-representación directa e indirecta, algo que hace tiempo atrás habría sido difícil de exponer, entendiendo que eran unos pocos los que determinaban el rol que debían ocupar las mujeres y disidencias no sólo en el arte sino en nuestra historia. A causa de esta y tantas otras cuestiones, una gran cantidad de artistas fueron desplazadxs de un relato injusto e incompleto, y muchas generaciones crecimos rodeadas de imágenes clichés e irreales tanto a nivel cultural, como político y social. [..]
Este es un homenaje a quienes se arriesgan a sembrar el camino hacia la conquista de nuevas posibilidades y una invitación a vincularnos de manera sana con el cuerpo propio y ajeno, comprendiendo las diferencias y abrazando la oportunidad de empatizar y aprender de otrxs.
Usina del Arte
Buenos Aires, Argentina
Mayo, 2022
My body, My Property
By Montserrat Miranda Ayejes
Women’s bodies could be thought of as territories that have been, historically, tried to be conquered and controlled. However, many battles have been fought (and still are) to gain autonomy. “My Body, My Property” shines a light on the different ways to put the body on the line and claim women’s body freedom. Through three performances, made between 2019 and 2022, Natacha Voliakovsky questions reproductive rights issues, especially the right to abortion, in two different contexts. “The Weight of the Invisible” is a series of two performances made in 2019 that depict the risks women in Argentina face when they got an abortion while it was not a legal practice yet. In a very intimate scene, Natacha alone carries the weight of the blood lost by women who had an abortion, and so the weight of the need for a law. Nevertheless, no rights are gained in solitude. The artist raises her voice and asks the public, “Can you help me hold this?” and starts to share the weight of the pain, but also the weight of the fight for women’s bodies autonomy.
Throughout her work, Natacha unveils how power is exercised over female bodies. In every territory, context and time change, and the artist embodies that challenge. In December 2021, in a performance art symposium, Natacha sat in a completely dark room with only a subtle light focused on her. On her stomach, she wrote the phrase “State Control”, with her own blood. The female reproductive system has been one of the most controlled and repressed parts of the body, but Natacha does not carry the weight alone anymore; she now shares her fight for freedom with other women.
Consulate of the Argentine Republic in New York
NYC, United States
March, 2022
Un territorio inconquistable
Por Ayelén Ruiz
La artista a lo largo de su carrera, a través de la performance art política, nos muestra como las mujeres somos nuestro propio territorio; un lugar que históricamente se han intentado conquistar por parte del patriarcado. Voliakovsky cuestiona los ejercicios de representación de poder sobre los cuerpos a través de sus obras, explorado luchas pasadas y presentes que todavía se siguen dando para ganar libertad, decisión y autonomía sobre nuestros propios territorios/cuerpos. Como todo territorio, hay un estadode fondo que va mutando dependiendo del contexto y la historia, Natacha encarna ese cambio y lo cuestiona constantemente. Compartiendo el peso del dolor y la lucha por la libertad de poder decidir libremente sobre nuestros cuerpos, la artista nos invita a pensar ¿Cuáles son las diferentes formas de poner el cuerpo para cuestionar y replantear la necesidad de libertad? ¿Cómo volvernos autónomas e inconquistables?
Buenos Aires, Argentina
Marzo, 2022
Tomar mi cuerpo es tomar mi vida
Por Patricia Rizzo
Excerpt
En los últimos años, Voliakovsky se ha sometido repetidamente a diversas intervenciones quirúrgicas de orden estético y correctivas que han ido cambiando su fisonomía y apariencia visual. Algunas de esas consecutivas injerencias sobre su cuerpo a lo largo del tiempo han sido más categóricas que otras, más o menos visibles o determinantes, pero lo importante es que ha ido moldeando –se ha ido moldeando- tras un largo proceso de elaboración, bajo una idea de reparación de su identidad. Desde la carne, como ha dicho. Esta idea de reparación y perfeccionamiento atraviesa tanto su campo productivo como su compromiso artístico y conceptual. [..] Nada más comprometido que su propio cuerpo, asumido como territorio moldeable y módulo de exhibición y también –y principalmente- esa certeza autorreferencial evidenció que ya no necesita una actitud o talante provocador, porque señalizando ciertos dolores la realidad se encarga naturalmente de mostrar su crudeza. Ella es su obra y así se planta y por eso también es creíble, no hay caracterizaciones (aunque sí referencias) a representar, sino situaciones por las que elije atravesarse, en conexión, como una médium. Se hace obra el tema, se comunica, como una emanación.
[..] No es un dato menor su historia personal; Natacha tiene una sucesión dolorosa de sofisticados abusos emocionales y físicos que involucran agujas de peletería, heladeras conservadoras convertidas en advertencia o castigo y cosas no dichas o dichas a destiempo entre muchas otras instancias, algunas que es mejor no mencionar. Hay tantas historias de dolor similares, pero ella decidió convertir esas aflicciones en otra cosa. Acaso porque al pasado no es posible repararlo, ni factible el poder borrar la genética familiar aunque se intente, estableció que si habría nuevas cicatrices serían bajo su determinación y en todo caso, direccionadas hacia una idea e ideología del perfeccionamiento y la reparación. Las únicas marcas en mi cuerpo serán las que yo elija. En repetición, cada día, hecho carne, como un cántico de marcha.
Galería Esaa
Córdoba, Argentina
Septiembre, 2021
Una mina en un territorio hostil
Por Mariana Rodriguez Iglesias
Excerpt
Supervivencia es una máquina de guerra. Como el caballo de Troya, funciona en base a la estrategia del rodeo: busca sorprender antes que evidenciar. Atrapa al espectador a través de los aspectos formales más familiares, los mismos que al poco tiempo de su contemplación comienzan a volverse inquietos, extraños. [..]
Para esta exposición en el CEC, Natacha Voliakovsy, diseñó una elaborada máquina de guerra, un sistema en el que el registro, el objeto y la performance aparecen como excusas de aproximación para hacerle mirar al espectador en dirección a ese territorio hostil. Un territorio que es, en términos generales, la codificación de los cuerpos y la reglamentación de su accionar; y, en lo particular, la constante lucha de las mujeres por la supervivencia de sus identidades autodeterminadas, libres y soberanas, antes que reguladas, condicionadas y dependientes. Pero sobre todo, esta tierra adversa es para Voliakovsky, desde los comienzos de su carrera como artista, el cuerpo. Su propio cuerpo. Y aquello que busca, no ya destruir -como señalaba Witting en 1984- sino poner en entredicho e interrumpir son esa serie de convenciones: alcances y límites esperados en la sociabilidad de los cuerpos. Con la performance, en el profundo estado de presencia que Voliakovsky consigue a través de su método, se logra abrir un espacio-tiempo fuera del cotidiano que nos permite a los espectadores reflexionar sobre nuestras propias prácticas físicas. En el estado de presencia, que es presente puro, lo automático deja de ser natural para comenzar a evidenciar su convencionalidad.
CEC, Centro de Expresiones Contemporáneas
Rosario, Argentina
Agosto 2018
Extremidad, corte y amor
Por Emilia de las Carreras
Deseábamos entonces, no deseamos más…
Diseccionar nuestro organismo para ver qué hay dentro, observarlo en detalle en búsqueda de algo que nos asombre. Devenir en cuerpos amorfos y así descubrir el límite de la plasticidad de una forma viviente. Inclinada hacia nosotros la medicina nos indaga: consumimos sus incitantes imágenes porque ya no hay necesidad de conocer lo muerto para entender lo vivo sino de ver lo vivo, verlo vivo. “Es extraño hasta caminar en dos patas, pasa que estamos acostumbrados y eso ya no nos asombra” Ese irresistible deseo de meter el pie en un freezer hasta que se torne morado, luego verlo crecer. Basta con un solo brazo y la quinta parte del disco central para volver a ser una estrella completa, de múltiples picos. Porque existe el dolor, aunque no toda materia viva es capaz de sentir dolor, ni todo nervio, ni siquiera los nervios sensoriales. Alguna vez hemos deseado, alguna vez hemos dejado de desear. La reintegración de la identidad corporal a partir del contacto carne metal emerge como un recuentro reparador, un acto de liberalidad.
POPA Galería. Buenos Aires
Agosto, 2016